Ante la inminente revocación de visados a estudiantes chinos por parte de Estados Unidos, cerniéndose una palpable incertidumbre sobre el futuro académico de la diáspora estudiantil, especialmente aquellos inmersos en disciplinas consideradas "críticas" o sospechosos de vínculos con el Partido Comunista Chino, situación que tensiona aún más las ya de por sí complejas relaciones sino-estadounidenses, con la consiguiente protesta formal de Pekín, que tilda la medida de "injusta" y "discriminatoria", un número creciente de estudiantes chinos sopesan alternativas formativas en otros enclaves geográficos, aprovechando, por ejemplo, las oportunidades que Hong Kong y otros países están comenzando a habilitar estratégicamente.