La huelga de baristas de Starbucks, instigada por la controversia en torno al novísimo código de vestimenta corporativo, experimentó una escalada significativa el jueves.

Excediendo la cifra de dos millares, los *baristas* de Starbucks adscritos a 120 establecimientos diseminados por la geografía estadounidense han iniciado una huelga, rubricada desde el domingo, en abierta contestación a la imposición de un nuevo código de vestimenta, según ha manifestado Starbucks Workers United, el sindicato vertebrador de la fuerza laboral estadounidense perteneciente al emporio cafetero.

Starbucks, in a peremptory move, instituted, commencing Monday, revised strictures governing under-apron attire for its baristas, mandating, in a codification of dress, that employees within corporately managed and franchised establishments across the US and Canada adhere to a uniform of unadorned black t-shirts and trousers in shades of khaki, ebony, or cerulean denim.

The erstwhile dress code permitted baristas a broader spectrum of dark hues and patterned shirts; Starbucks posited that the revised stipulations would accentuate their signature green aprons and cultivate a pervasive sense of familiarity for patrons, consonant with their endeavor to foster a more convivial and inviting ambiance within their establishments.

No obstante, Starbucks Workers United, el sindicato que ostenta la representación de los trabajadores en 570 de los 10,000 establecimientos Starbucks de propiedad corporativa en EE. UU., arguyó que la pertinencia del código de vestimenta debería dirimirse en el marco de la negociación colectiva.

"Paige Summers, supervisora de turno de Starbucks en Hanover, Maryland, lamentó la deriva existencial de la compañía, arguyendo que, en lugar de prestar atención a los baristas –verdaderos artífices de la idiosincrasia Starbucks–, la empresa se obceca en priorizar aspectos nimios, como la imposición de un nuevo código de vestimenta draconiano, añadiendo que la clientela, absorta en la tediosa espera de un latte que se dilata hasta la extenuación, permanece ajena a las disquisiciones cromáticas indumentarias del personal."

Summers et al. further excoriated the corporation for merchandising Starbucks-branded apparel, styles proscribed by the revised dress code, to employees via an internal web portal; this occurred despite Starbucks' prior commitment to furnish each employee with two complimentary black t-shirts upon the code's promulgation.

El miércoles, Starbucks Workers United divulgó que un millar de empleados habían cesado su actividad laboral en 75 establecimientos estadounidenses, un paro al que la multinacional restó trascendencia, alegando que su impacto era nimio en el conjunto de sus 10,000 filiales operativas en EE. UU., llegando incluso a aducir cierres meramente testimoniales, inferiores a una hora, en algunos casos.

"Starbucks, en una declaración oficial, lamentó la asimetría entre el ahínco sindical en la reivindicación, a su juicio nimia, del uso de camisetas negras y la manifiesta desidia para retomar las negociaciones contractuales, subrayando que, a pesar de la disrupción orquestada, la vasta mayoría de sus establecimientos –más del 99%– permanecían operativos, atendiendo ininterrumpidamente a la clientela durante toda la semana."

Los lectores de Associated Press que vertieron sus opiniones ofrecieron un crisol de pareceres sobre el código de vestimenta, donde algunos minimizaron las quejas percibidas de los baristas de Starbucks, arguyendo que numerosas empresas minoristas imponen uniformidad indumentaria a su personal, mientras que otros conminaron a Starbucks a priorizar la optimización de la calidad y la tarificación de sus productos, así como el bienestar de sus empleados, en lugar de incurrir en minucias sartoriales.

Maddie Mucklow, al frente de un establecimiento Starbucks en Seattle, se manifestó partidaria de la implementación de la nueva normativa, evidenciando su aquiescencia con la misma.

"Siendo franca, Mucklow admitió que la implementación del código de vestimenta había supuesto un desafío para sus colegas, aunque añadió que, en última instancia, este establecía parámetros más definidos para optimizar la imagen profesional y fomentar la cohesión del equipo, sin menoscabar la expresión individual."

Desde 2021, Starbucks Workers United ha liderado una campaña de sindicalización de tiendas en EE. UU., aunque, a pesar de un compromiso de retomar las negociaciones en febrero de 2024, Starbucks y el sindicato permanecen en un punto muerto contractual, evidenciando la persistente complejidad inherente a la conciliación de intereses laborales divergentes en el actual panorama socioeconómico.

This week, the labor union announced the filing of a grievance with the National Labor Relations Board, contending that Starbucks was prevaricating in its negotiations concerning the newly implemented dress code.