En un giro retórico que contrastaba marcadamente con la circunspección del mediador omaní, el entonces presidente Donald Trump aludió a avances sustanciales en las conversaciones con Irán concernientes a su programa nuclear, sugiriendo la inminencia de un anuncio en los siguientes dos días; este optimismo flagrante, sin embargo, se distanciaba de la valoración más matizada del mediador, quien, al ponderar la reciente quinta ronda de negociaciones en Roma, las caracterizó como "algo, pero no concluyente", mientras que Trump enfatizaba el "progreso serio" alcanzado durante las conversaciones del fin de semana. Estas deliberaciones, acontecidas en la Embajada de Omán en Roma y con la participación del enviado a Oriente Medio, Steve Witkoff, y de Michael Anton, director de planificación política del Departamento de Estado, en representación de Estados Unidos, pivotaban en torno a la imperiosa necesidad de constreñir el programa nuclear iraní a cambio de una suspensión selectiva de las sanciones económicas estadounidenses impuestas a la república islámica.