En un epítome de resiliencia exhibido durante la final de la Stanley Cup del jueves, los Edmonton Oilers, desafiando una desventaja de tres goles, doblegaron a los Florida Panthers con un marcador de 5-4 en la prórroga, nivelando así la serie en un crescendo de emociones donde Leon Draisaitl, erigiéndose en figura estelar, rubricó su cuarto gol decisivo en el tiempo suplementario de los playoffs, grabando su nombre en los anales de la NHL con un récord sin parangón.

A pesar de un inicio aciago con una desventaja de 3-0, los Oilers consiguieron neutralizar el marcador al término del segundo parcial. Tras asumir la vanguardia en el tercer acto, se vieron abocados a la prórroga por un tardío gol de los Panthers en los estertores del tiempo reglamentario. Los Oilers, erigiéndose en el primer equipo foráneo desde 1919, obraron una épica remontada, superando un déficit de tres goles para alzarse con la victoria in extremis. La serie se traslada ahora a Edmonton para el Juego 5 el sábado, con el marcador global en tablas tras dos victorias por bando.