Tyrese Haliburton rubricó una actuación sine qua non en el devenir de la postemporada, cuajando un triple-doble inmaculado de 32 puntos, 15 asistencias y 12 rebotes, exento de mácula alguna en forma de pérdidas de balón, catapultando así a los Indiana Pacers a una victoria de 130-121 sobre los New York Knicks y consolidando su preeminencia en las finales de la Conferencia Este con un contundente 3-1; Haliburton se erige, ergo, en el primer jugador en cincelar semejante gesta estadística en la postemporada desde el advenimiento del registro sistemático de las pérdidas en la temporada 1977-78.

Pascal Siakam, contribuyendo con una treintena de puntos, apuntaló la ofensiva de los Pacers, cuyo ímpetu resultó incontenible para unos Knicks abocados a la derrota pese a la treintena de Jalen Brunson, consumándose así la primera victoria local en la serie y situando a los neoyorquinos a un solo revés de reeditar la eliminación sufrida a manos de los Pacers en el último bienio.

En el Juego 5, los Pacers afrontan la tesitura de rubricar su billete a las Finales de la NBA, epítome baloncestístico, en un envite que tendrá como crisol la metrópoli neoyorquina.