Algunos tenistas de otros países se han quejado del público en el torneo de tenis de Francia. Dicen que el ambiente es muy malo, como en un partido de fútbol. La gente grita y dice cosas feas. Por eso, el año pasado no se pudo vender alcohol en las gradas. Algunos tenistas, como Nicolás Jarry de Chile, han dicho que sus experiencias fueron "muy malas". La directora del torneo, Amélie Mauresmo, ha dicho que ahora hay más seguridad y que los árbitros pueden hacer algo si la gente se porta mal. Pero no todos los tenistas piensan igual. Elise Mertens de Bélgica dijo que esto es normal en el tenis. El tenista francés Corentin Moutet dijo que es difícil jugar en casa y aconsejó a los jugadores que no hagan caso a la gente.