Israel atacó la capital de Irán, Teherán, para dañar su programa nuclear. En el ataque murieron al menos dos militares importantes, los generales Hossein Salami y Mohammad Bagheri. Este ha sido el ataque más grande que Irán ha sufrido desde la guerra con Irak en los años 80.

Los ataques ocurrieron porque el programa nuclear de Irán estaba creciendo muy rápido. Los líderes de Israel dijeron que el ataque era necesario para evitar una amenaza de las posibles armas nucleares de Irán. Irán respondió con drones, y su líder, el ayatolá Ali Khamenei, prometió "castigar" a Israel. Aviones israelíes atacaron unos 100 lugares, incluyendo la instalación más importante de Irán para enriquecer uranio. Después del ataque, se cerró el espacio aéreo en Israel, Irán, Irak y Jordania, y el precio del petróleo Brent subió mucho. El Ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, avisó que Irán respondería de inmediato.