Tras el presunto ataque israelí contra la capital iraní, los mercados asiáticos acusaron una apertura bajista el viernes, exarcerbando la ya latente inquietud geopolítica en torno a la proliferación nuclear iraní, lo que catalizó un repunte inmediato en los precios del crudo, con el West Texas Intermediate y el Brent experimentando una apreciación sustancial; en el parqué, el Nikkei 225 tokiota, el Kospi seulés, el Hang Seng hongkonés, el Índice Compuesto shanghainés y el S&P/ASX 200 australiano sucumbieron a las ventas. No obstante, Xu Tiachen, analista de The Economist Intelligence Unit, postula que, si bien la incursión israelí supone un riesgo sistémico innegable, la resiliencia de los mercados asiáticos se verá apuntalada por su exposición limitada al conflicto y por la creciente interdependencia económica con áreas geoeconómicas imperturbadas, como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, máxime cuando los índices bursátiles estadounidenses exhibieron robustez el jueves, animados por un informe de inflación que insufló optimismo, lo que a su vez propició un descenso en los rendimientos del Tesoro, alimentando las expectativas de una flexibilización monetaria por parte de la Reserva Federal a finales del ejercicio, si bien las secuelas inflacionistas de eventuales aranceles trumpistas y la sombra de una recesión inminente persisten como factores de perturbación.